
Lo peor de Toy Story 4 es el título. Y con esto, pienso, ya está dicho todo porque, por lo demás, Pixar, lo ha vuelto a hacer: no sé si pasará a ocupar el puesto número 1 de las mejores películas de la compañía del flexo pero, seguro, sí uno de los primeros. Tengo que reconocer que daba poco por ella. No obstante, pienso que, sin temor a equivocarme, podemos hablar de una nueva pequeña obra maestra cinematográfica. ¿Por qué? Porque lo tiene todo: emoción, diversión –mucha–, historia, grandes personajes y… un final totalmente nuevo e inesperado.
Después de los sucesos de Toy Story 3, nuestros protagonistas de siempre, Woody, Buzz, Jessie, Rex, Jam, señor y señora Patata…, tienen una nueva vida en el cuarto de Bonnie, con otros amigos. Pero para Woody, en realidad, no todo es como querría. Sabe perfectamente quién es y cuál es su misión en la vida, pero algo no va. Las cosas se tornan, cuando Bonnie aparece con un nuevo juguete, creado por ella misma: Forky, un tenedor con patas, y ojos, y brazos, y manos…, que no quiere ser más que basura. Pero Woody se da cuenta de que se ha convertido en el juguete favorito de Bonnie, y hará lo que sea para protegerlo. Una excursión de la familia, en autocaravana, servirá para mostrarlo. E, incluso, de camino se encontrará a alguien muy añorada: Bo-Peep.
Sigue leyendo